18/8/10

PATAN (NEPAL)

















Kathmandú fue conocido como Kantipur y tuvo su apogeo en la Era Malla (rey Aranda Malla) donde emergieron casi todos los templos y edificios de la época.
Una historia que parte con los newaris principales habitantes del valle hasta la fundación de Kathmandú durante la dinastía Malla.
En el siglo XV estaba dividido en tres reinos independientes: Kathmandú, Patan y Bhaktapur. La dinastía Shah unificó Nepal y los tres reinos formaron Katmandú.




















Patan o ciudad de la belleza en su nombre sánscrito original (Latlipur) o Yala en nombre newar. La tradición budista de Patán influyo también en sus templos hindúes y su momento culminante en la construcción transcurrió durante la dinastía Malla (Rey Aranda Malla, S. XVI, XVII y XVIII)

Patan, maravillosa en su arquitectura, como muchas veces pasa , la realidad supera lo leido y visto en fotos. Numerosos palacios y templos de arquitectura newari nos dejaron con la boca abierta nada más entrar por la plaza de Durbar, el corazón de Patan.
Pronto se nos unió un guía de habla hispana, que nos vino bien aunque su nivel de español era muy precario.






















Cargados con botellas de agua que se iban agotando bajo el gigantesco calor nos dispusimos a recorrer este lugar extraordinario de arquitectura única e increíblemente hermosa. Uno de los templos más destacados es la pagoda de tres pisos o Templo de Hari Shankar. También de tres pisos y de igual belleza el Templo Bhimsen, dedicado al dios del comercio y negocios. El Manga Hiti es un conducto de agua de los muchos de patan, es fácil de reconocer por que suele haber un numeroso grupo recogiendo agua en recipientes metálicos o simplemente lavándose; escena preciosa que nos deja clavados un rato antes de continuar.
















Templos, estatuas, callejuelas, adoquines, y vendedores de casi todo. Marga compro 10 bolsitos de tela coloridos a un módico precio para regalar. Esto reactivo la corte de vendedores que ya nos seguía, pasando a ser de dos mujeres a 6. Una de ellas hablaba bastante español y tenía sólo 14 años, le preguntamos si estudiaba y nos dijo que sólo trabajaba en vender, parecía un gran talento desperdiciado pues su español no sólo eran palabras, si no que improvisaba y metía frases un poco sorprendentes. Yo le hacía una foto y ella me decía que cayera una de un euro, al final de la visita le compramos algo.


























Continuamos el recorrido con el templo de Vishwanath de dicado a Siva y que tiene dos alturas o el de Templo de Vishnú, un templo detrás de otro y sin posibilidad de recuperación ante tanto esplendor. Templos hindúes o budistas que dejan a uno con la boca abierta; cada templo es una maravilla en si mismo, pero es el conjunto lo que confiere a Patan esa singularidad estremecedora belleza, al recorrer unas construcciones y unas calles que nos trasportan a otras épocas incluso a otras dimensiones.




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