9/8/10

EL VIAJE

















Otra vez en busca de otras formas de pensar, otras maneras, otros soles, otros mares, otros vestidos, otras miradas…

Otra vez los cinco. Queríamos volver a Asia; más de una vez se quedó atrás India en nuestros proyectos. Esta vez nos decidimos por este destino y “tocaríamos” también Nepal.

Tiempo después de comprar los billetes en Navidades añadimos unos días de playa en Sri Lanka a nuestro itinerario, pensando en unos días finales más relajados y aprendiendo de viajes anteriores con este patrón de recorrido. Ya en China nos hubiera venido bien un final así en unas de las cercanas playas de Honk Kong, sobre todo viajando con niños. Así que esta vez tocaba unos días finales en Sri Lanka lo que nos obligaba a volver a Delhi para la vuelta. De haberlo previsto antes hubiéramos cogido la vuelta desde Colombo…. inconvenientes de los cambios de planes…






















Para nosotros este era un viaje especial, porque sería seguramente la última vez que viajaríamos con nuestros hijos mayores, por lo menos un viaje de este corte. Ellos ya “vuelan” solos en muchos aspectos y puede que prefieran más a sus amigos en Alpedrete que a sus padres en el fin del mundo. De hecho es un reto viajar con dos adolescentes en un recorrido donde la parte placentera se alterna con momentos duros de calor, esperas e incertidumbres. Cuando son pequeños no cuestionan nada, sus padres llevaran a buen puerto todo. Luego, de mayores, toman parte en todo incluido en las alternativas a seguir. Y aquí habrá que poner de acuerdo a más personas.
















Este apartado lo entenderán mejor los que tienen hijos de esta edad. En casa los adolescentes tienen su espacio, su tiempo con sus amigos, horas y horas sin estar con nosotros y que la familia también necesita; algo que hace que los hogares sobrevivan a la natural fogosidad, independencia y hábitos de autoafirmanción y distanciamiento naturales de esta etapa de sus vidas.

Pero un viaje más de este tipo, implicaba compartir casi 24 horas al día durante 27 días (luego veríamos que también tuvieron su tiempo), seguramente casi más tiempo juntos del que habíamos pasado el último año.















Todo esto estaba previsto y sabíamos lo que tendríamos durante el viaje. Así que la planificación del recorrido , ritmo y cadencia del viaje estaba enfocado a minimizar estos estragos; de esta forma los malos momentos que siempre puede haber en los viajes, fueron menos de los previstos, minimizando también las discusiones, típicas de “grupos” o familias.

A este respecto recuerdo a una pareja de Málaga de unos “treintaitantos” años que nos encontramos en una piscina de Pokhara, la zona de los Annapurnas, él se quedó nadando y ella nos decía que se quedaba en la habitación porque necesitaba desconectar después de una mañana con un recorrido caluroso y por lo visto discutido.















Porque estas zonas, para el que no lo sepa, se alcanzan temperaturas de entre 38 a 43 grados en Julio incluso de noche, con humedades descomunales por el monzón, lo que minimiza la tolerancia, el aguante de cualquiera.

Así que para facilitar la asimilación de un viaje tan largo recorrido con peques y no tan peques, diseñamos un viaje con estructura de Sándwich, donde el pan era la parte más fácil y el jamón era la parte más dura de roer, y donde se alternaban las partes más asequibles con las menos. No quiero decir con esto que unas partes fueran peores que otras, pero si que determinados lugares por su idiosincrasia requerían un esfuerzo mayor para el viajero.















El sándwich era Nepal - India - Sri Lanka. Nepal (a pesar de que primero volamos a Delhi) sería la entrada a un viaje largo donde poco a poco nos introducimos en la dinámica del viaje, con paisajes maravillosos y gentes tranquilas y abiertas, incluso tendríamos 3 días completos en Parque Nacional de Chitwan donde estaríamos habituados ya a su horario, comida y ritmos.

Después de Nepal entraría en escena la India, con toda su espiritualidad, olores, templos maravillosos, grandes ciudades brutales, poblaciones encantadoramente tranquilas, más olores, más templos y fuertes, gentes de grandes ciudades ávidos de prisa y turistas al vuelo, gentes rurales de modos lentos y acogedores de cualquiera. Con una Varanasi bella y salvaje hasta cotas inimaginables.





















Sri Lanka sería la parte final del sándwich, suave y tranquila, en las playas maravillosas de Nilaveli con alguna salida a alguno de sus lugares increíbles.

En Sri Lanka pudimos recuperar muchas fuerzas y algo de peso. Sí, porque como casi todo viajero de largo aliento sabe, este tipo de viaje te deja fácilmente sin 4 o 5 kg e incluso más. Por ello el pequeño Hugo había sido “inducido” el último mes antes del viaje a comer con cierta alegría, lo que le llevó a coger casi dos kilitos que le vinieron bien para minimizar la perdida si la hubiera. Aun así llevamos grandes dosis de barras energéticas de cereales para meriendas, suplementos encaminados a conservar las “carnes” de Hugo, en teoría el más vulnerable.
















El monzón apenas existió durante nuestro viaje, cuatro tormentas de una hora o algo más salpicaron nuestro recorrido; Si bien es cierto que el 30 de junio salimos de España a Delhi y el 2 estábamos en Nepal, justo al comienzo del monzón, este año con retraso, como los últimos consecuencia del cambio climático. Con lo que a pesar de tener nubes tuvimos muchísimo sol también. Incluso pudimos ver los Annpurnas en más de una ocasión.

En India las previsiones de lluvias durante el monzón en julio suelen ser de 24 días al mes, pero esto va por zonas; en Rajasthan (gran parte de nuestro recorrido) este dato baja a 12 días al estar situado más al Oeste, también asumes más calor al estar más cerca del desierto. No nos llovió ni un día.
















En Sri lanka hay dos temporadas de monzones: El monzón del suroeste trae la lluvia, principalmente de mayo a julio a las regiones occidental, central y meridional de la isla, mientras que las lluvias del monzón del noreste se producen en las regiones norte y este en diciembre y enero. En esta última zona esta la región de Trincomalee con sus maravillosas playas, donde de febrero a Septiembre se disfruta de buen tiempo… en julio y agosto perfecto. Además Colombo está a un vuelo de ida y vuelta 50 $ de Chennai o de Delhi por 100$ y no se necesita visado. Aquí dejo un enlace sobre las condiciones metereológicas en Sri lanka
























La verdad es que fue un acierto importante la inclusión de las hermosas playas del Este Sri Lanka.

También echamos de menos lo que se deja atrás como itinerario descartado a favor del recorrido concreto. La verdad es que es peor que un parto. Quedan en el recuerdo quizá para otra ocasión las maravillosas Islas Adaman, presas del monzón que hacen imposible el disfrute de sus maravillosos fondos y costas. También quedan atrás muchas poblaciones de India, como Kerala, las playas de Goa, Bombay…






















Otro de los recorridos no realizados y este si queda pendiente es un trekking por largo por el Nepal. Prometo que volveré. A punto estuvimos de realizar el treking corto de 5 días de Gorepandi. Pero en julio, el monzón, las sanguijuelas de temporada húmeda y la posibilidad de no ver apenas los impresionantes paisajes de montañas nos hizo descartarlo. Visto lo visto, hubiéramos tenido un tiempo regularcillo.

Pero un trekking de los largos espero que me espere en un punto determinado del futuro en una temporada mejor.

Unos cuantos vuelos internos y cinco viajes en tren, taxis, muchos “toc toc”. Esta vez al contrario que en China donde los trenes y vuelos los compramos allí, íbamos con todos los tickets de avión y tren comprados desde España en Cleartrip, página facilota y segura que simplifica mucho las cosas, ya hablaré de ella más adelante.


















Todos los trenes y vuelos perfectos en puntualidad salvo el primer vuelo Madrid Estambul, que salió con retraso por lo que perdimos la conexión Estambul- Delhi. Nos dijeron que cogiéramos el Estambul-Delhi del día siguiente, perdiendo un día entero. Nos opusimos y salimos esa misma noche vía Dubai, no sin pocos problemas, ya que el sistema informático turco no “asimilaba” que un padre y su hijo pudieran tener nombres similares con apellidos similares ¿¿¿??? y no era capaz de elaborar unas tarjetas de embarque para Miguel hijo.





















Al final después de quejas nos hicieron un apaño. Curiosamente en las 5 o 6 horas que pasamos en Estambul iban llegando aviones de toda Europa, todos llenos de viajeros que iban perdiendo “REGULARMENTE” sus enlaces y eran redirigidos a otros “ESPONTANEOS” vuelos. Ya nuestro vuelo salio de Madrid extrañamente tarde, puesto que nuestro avión llevaba ensamblado a nuestra puerta de embarque desde hacía 2 más de horas. Deduzco que Turkish Airlines fleta a propósito aviones a destinos internacionales con una escala que luego se convierten en dos dando salida a muchos vuelos y compañias necesitadas de estos favores. No volaremos más con esta compañía.























Como consecuencia de este galimatías de vuelos nos perdieron las maletas. Esta vez llevábamos dos mochilas bastante grandes más las de mano con ropa para todos en la cabina, por lo que el desaguisado no fue mucho, aunque estuvimos sin ellas 18 días. Cuando volvimos a Delhi antes de partir a Sri Lanka recuperamos estas y otra de material de buceo.
























Tres entradas a India sin registro FRRO, amparados en una carta de la embajada de España en India que nos decía que teníamos derecho a tres entradas sin registro, carta que llevábamos con nosotros, aparte de un millón de argumentos y la suficiente cara de mala leche cuando nos tuvimos que enfrentar a algunos (pocos) imbéciles salvaguardas de la burocracia en detrimento del crecimiento de turismo en su propio país. Ya hablaré de ello.















En fin, un viaje maravilloso donde me quedo con Nepal al completo; Polonnaruwa, Sigiriya y Nilaveli con su maravillosa isla Pigeon de lo visto en Sri Lanka; y Orchha, Khajuraho, Ranakpur, Agra, Varanasi, Jodhpur y Jaisalmer en India.


1 comentario:

  1. Me alegro de que disfrutaseis del viaje, tiene una pinta estupenda y las fotos una pasada. Estoy ansiosa por leer los siguientes capítulos. Igual me animo a hacer un viaje similar el verano que viene. Muchas gracias por compartirlo! Un saludo a los 5.
    Marta

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